Historia
La Hermandad y Cofradía Escolapia de Nuestro Padre Jesús Caído, María Santísima del Buen Fin y San José de Calasanz se funda el 1 de abril de 1991 en la Ciudad de Cabra por un grupo de estudiantes locales. Nuestra corporación, erigida canónicamente en la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo, tiene su sede cultual y realiza su estación de penitencia desde la antigua Capilla de Capuchinos, hoy Iglesia de las RR.MM. Escolapias, con las que mantiene una especial vinculación, siendo su lema aquel que inspiró el Santo Fundador de las Escuelas Pías: Piedad y Letras.
En un primer momento, la Hermandad encarga la talla de la Santísima Virgen al taller de Santa Rufina de Madrid, imagen que firma D. José María Oriol en 1991, que procesiona por primera vez en la noche del Martes Santo de 1992, junto al Santísimo Cristo de la Sentencia y Nuestra Señora de la Paz y, a partir de 1994, lo hace en la noche del Miércoles Santo. La imagen de María Santísima del Buen Fin fue remodelada y policromada en el año 1995 por el restaurador y profesor D. Santiago Molina Ruiz.
El devenir histórico de la corporación hace que en el año 2020 tenga lugar la bendición de su titular cristífero, Nuestro Padre Jesús Caído, obra del imaginero sevillano D. Fernando Murciano Abad, que fue bendecida el 11 de julio del citado año, siendo esta una de las primeras manifestaciones públicas llevadas a cabo por Hermandades y Cofradías, tras el obligado parón que supuso el confinamiento derivado de la pandemia Covid-19.
En la corta vida de la Hermandad se han sucedido acontecimientos de vital importancia para la misma, como la concesión del título de Hermandad Escolapia, debido a la fuerte vinculación de la institución con el Colegio San José, regentado por la Congregación de Hijas de María de las Escuelas Pías, la puesta en marcha e inauguración del Museo de Arte Sacro que se encuentra en las dependencias de la Capilla, la concesión de distintos premios, como el otorgado por su patronato en el año 2007, que fue donado en su integridad a la Congregación Escolapia y sirvió para sufragar el adelantamiento de uno de los patios de dicho Centro Educativo, y otros como el nombramiento de “Alumnos Beneméritos” por parte de la Fundación Aguilar y Eslava, de cuyo Consejo Asesor formamos parte.
Aquello que comenzó siendo un sueño de un grupo de jóvenes, se ha convertido en la actualidad en un proyecto cohesionado, siendo la nómina de hermanos de nuestra Hermandad una de las más numerosas de cuantas hay en la ciudad, y poniendo en las calles de Cabra el mayor cortejo de nazarenos compuesto, en su mayoría, por niños y jóvenes estudiantes.
En la actualidad, dentro de las principales actividades que realiza la Hermandad, además del culto a sus sagrados titulares, destaca la obra social que lleva a cabo con el Colegio San José, habiéndose realizado distintas donaciones demandadas por el centro, la financiación del aula matinal, el apoyo a alumnos en situaciones especiales, etc., sin olvidar la colaboración que se presta de forma ordinaria a Cáritas de la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo. Dentro del ámbito patrimonial, la Hermandad se halla inmersa en la puesta en valor de la Capilla de Capuchinos, donde, como se ha referido arriba, reciben culto sus sagrados titulares.
Dentro de la colección pictórica que alberga la Capilla, destaca el lienzo “La Visión de San Francisco en la Porciúncula”, obra del genial pintor Juan Valdés Leal, firmado en 1672. La atención espiritual al hermano juega un papel fundamental en la vida de la Hermandad celebrándose mensualmente Misa de Hermandad ante nuestros Sagrados Titulares, además de los cultos que se le tributan en cuaresma a Nuestro Padre Jesús Caído, en octubre a María Santísima del Buen Fin y en noviembre a San José de Calasanz.

